Caer está permitido. Levantarse es obligatorio

lunes, 20 de septiembre de 2010

Adiós (aunque no queramos)

Pues nada, maestro, ¿qué vamos a hacer ahora que el futuro ha venido, inesperadamente, a tomar café?


Hoy, a estas horas en que ya te has ido, antes de lo que muchos esperábamos, nos encontramos algo solos y huérfanos de uno de nuestros referentes. Sé que más de cuarenta años en la escena pública deberían haber bastado para que aprendiéramos cuáles eran tus enseñanzas, qué está bien y qué está mal, lo justo y lo injusto. Lo sé. Pero es que nos ha pillado tan de sopetón la noticia de que te nos has ido, que nos damos cuenta así, como si de una bofetada en los morros se tratase, de lo mucho que aún necesitábamos escuchar tus respuestas a nuestras preguntas, tus consejos a nuestras dudas, tu sensatez y humanidad a nuestras angustias. Sabíamos de tu enfermedad, pero nos resistíamos a pensar que nos pudieras dejar.

Personalmente, han pasado ya muchos años desde que mi madre me pusiera por primera vez una canción tuya, la clásica y por la que has llegado al corazón y a la mente de muchos (a la de casi todos, aunque no lo confiesesn), aquel Canto a la libertad, que supuso todo un descubrimiento para mí. Fue la primera vez en que vi a mi madre cantar, casi con lágrimas en los ojos, mientras contemplaba en su semblante que algo de aquella segunda mitad de la década de los setenta, la de la Transición, aún latía dentro de ese corazón, amante de la justicia, que tú y más gente como tú, todos héroes, le inculcasteis a base de tesón, garra y, sobre todo, mucho arte popular.

Afortunadamente, los tiempos en que vivimos nos permiten tener, a tan solo un golpe de ratón, toda tu discografía, tus libros y tus poesías, amén de artículos y demás obra que nos dejas. Es, por tanto, un buen momento para repensar y reamueblar la cabeza. La honradez, entre otras muchas virtudes, con la que te condujiste por la vida, debería ser el faro que ilumine nuestros quehaceres y el punto que habremos de alcanzar antes de que nos llegue a nosotros también esta triste hora. Mostrémosle, pues, una risa a la vida y no dejemos que tu magisterio, abuelo y profesor, haya pasado por la Historia sin empapar nuestra manera de sentir.


LA ALBADA

Adiós a los que se quedan

y a los que se van también.

Adiós a Huesca y provincia

a Zaragoza y Teruel.


Esta es la albada del viento
la albada del que se fue

que quiso volver un día

pero eso no pudo ser.


Las albadas de mi tierra

se entonan por la mañana

para animar a las gentes

a comenzar la jornada.


Arriba los compañeros

que ya ha llegado la hora

de tener en nuestras manos

lo que nos quitan de fuera.


Esta albada que yo canto
es una albada guerrera

que lucha porque regresen

los que dejaron su tierra.



miércoles, 12 de septiembre de 2007

Emancipación

Señoras y señores: un servidor de ustedes se emancipa. Y lo que es mejor y más emocionante: se emancipa para irse a vivir con su amartelada (gran palabra caída en el desuso con el paso de los meses).

Efectivamente, la hora ha llegado. Si bien hace ya casi dos semanas que dimos la señal para la custodia de la opción preferente en el alquiler del dúplex tan maravilloso que vimos en Alpedrete, fue hace tres días que firmamos el contrato de arrendamiento, soltamos la pasta de la fianza y nos dieron las llaves para, desde ese preciso instante, irnos a vivir en él. Ahora ya podemos decir que, al menos por un año, ese dúplex es NUESTRO DÚPLEX.

Por supuesto, aún quedan un par de días para que podamos habitarla, pues, al ser una vivienda nueva, tiene un poquito de suciedad (polvo sobre todo) y nos tienen que llevar la luz y el agua. Pero el hecho de ir trasladando todas las cosas (sofás, cama, mesa, sillas, tele, etc) ya constituye una enorme y muy gratificante sensación. ¡Leches! Pero si hasta he de confesar que me lo he pasado teta en el Ikea.

Pero a decir verdad, lo más atrayente de esta nueva singladura no es otra cosa que el tener la oportunidad de seguir construyendo una vida al lado de una persona tan sensacional, única y especial. ¡Cariño, qué nervios y qué ilusión!

Otro tema aparte es el de que vamos a estar más pelados de dinero que el Fary si tuviera que ganarse la vida anunciando bañadores. Pero con organización, paciencia y fuerza de voluntad todo se superará.

Ni que decir tiene que en cuanto la casa esté habitable (mañana ya nos ponen la luz, según me informan desde nuestra sede en Villalba) iremos haciendo "recepciones" para inaugurar la casa como se merece. Pero una cosa importante, todos aquellas personas que tengan el honor de ser invitadas (y sólo lo serán los VIP's) habrán de llegar y llamar a la puerta con los codos (lo que viene a querer decir que han de llegar con las manos llenas de cosas; y patatas fritas no valen que ya las ponemos nosotros).

Pues nada, que como veis estoy muy, pero que muy féliz. ¡Qué experiencia más fabulosa!

Un saludo a todos.

Atticus.

Pd: Un sincero agradecimiento al tío de Diana, Alfonso, por su idea de la llamada con los codos.

viernes, 7 de septiembre de 2007

El Cachondo De Campofrío

Desde hace ya unos días, cada día, para ir a trabajar he de tomar la A-1 camino de la M-40, --por cierto, vaya chuminada la de cambiarle la antigua denominación de N-1 por esta nueva, con el consiguiente coste monetario en el cambio de señalización, actualización de mapas...--. El primer día que hacía ese camino, en el momento en que atravesaba con mi coche el carril que conduce a la M-40, me fijé en un detalle que me llamó la atención, y por el cual casi me da un infarto. El motivo por el cual casi fenezco era que el reloj/termómetro de "Campofrío" marcaba las 7:48 horas. "¡Que tarde! ¡Si a las 8 tengo que estar en el centro de Madrid!". Me quedaban únicamente doce minutos para llegar al curro y tenía un largo, pero que muy largo camino aún por recorrer. Eché mano rápidamente del móvil, miré la hora para corroborar el desastre y... ¡SORPRESA! Eran las 7:23. No es que fuera sobrado de tiempo, pero podía llegar. El jodido relojito estaba así como 25 minutos adelantado.

Por supuesto, aquel primer día el susto fue tremebundo. Imaginaos: primer día en la nueva sucursal, con el tiempo pegado al culo como siempre y medio sobado por ser tan jodidamente temprano. Y el cachondo que programa el susodicho reloj tocando los huevos. ¡Joder! Pero si es que hasta podría provocar algún accidente.

Una vez conocida la situación y el hilarante humor del fulano, cada vez que paso por allí me acuerdo de toda su familia por aquel momento de angustia extrema que me hizo pasar. En toda su familia. Enterita.

Puestos a pensar, también pudiera ser que fuera un descuido por parte de la empresa que gestiona el luminoso. Si este fuera el caso, pues... Que queréis que os diga: pues que hay mucho incompetente suelto por ahí ganando auténticas fortunas. Pero este será asunto para otro post más detallado.

Retomando mi labor comunicativa de buen grado, se despide este humilde intercesor en causas perdidas.


Atticus.

martes, 5 de septiembre de 2006

A Mi Engolondrinado Amigo

He creído que el suceso acaecido hace ya dos noches por parte del señor Pascual merecía un post exclusivo. He creído, basándome en mis fuertes creencias de que la verdad siempre ha de salir a la luz, que relatar lo que me fue dado presenciar en compañía de mi amartelada pareja era mi obligación como ser humano, pero sobre todo, como amigo suyo que me considero. Sé que de esta manera le voy a dar un amplio margen para que pueda ir introduciendo a su enamoriscada compañera, fiel contribuidora de que el mito marmotiano siga adelante viento en popa.

Estos son los hechos: Diana y yo nos dirigíamos en coche al Diversia para cenar algo. Cuando ya enfilábamos la calle que desemboca en la rotonda adyacente a la plaza principal de dicho centro comercial, ví que una calva brillante y deslumbrante (más que lavada, el JAEDM la había pulido), tras haber aparcado el coche, andaba por la acera agarrada de la mano de un ser del sexo contrario al del poseedor de dicha calva. Me percaté de que era una mujer, pues jamás me he imaginado, ni me imaginaré, al señor Pascual cogido de la mano de otro varón (me dan arcadas solo de pensarlo). Además, vi que las caderas del ser acompañante eran más marcadas que las de cualquier hombre. Así que me dije, "¡el Uriel está dando un paseíto con SU JIPI!".

Rápidamente traté de detener el coche allí mismo, pero el hecho de encontrarme en el carril de la izquierda hizo que me inclinara por la decisión de seguir adelante, para en la ya mencionada rotonda dar la vuelta y acercarme a la posición donde había dejado a la parejita apenas 10 segundos antes (si llego a ser taxista, allí que tiro de freno de mano y que se jodan los que vienen por detrás). Finalmente, detengo el coche y abro la puerta. Cuando nuestro afrancesado amigo vio lo que se le avecinaba, la cara descompuesta floreció de manera espontánea en su rostro. Súbitamente, reaccionó y nos presentó, tuvimos unas pocas palabras y decidí no ponerle en más aprietos, así que nos despedimos y cada uno se fue por su lado. Más tarde, comentando la jugada con Diana, me contó algo que yo, por ir conduciendo, no había podido ver. El caso es que mientras iban cogidos de la mano andando hacia el centro comercial, la cara de Uriel se acercó al piercineado cuello de la susodicha, para, acto seguido, darle un enamorado y dulce beso. Como diría nuestro amigo Del Rosal : "¡¡¡TREMENDO!!!"

Conclusión: el hecho de mantener a su ¿novia? durante tanto tiempo en el anonimato facial, que no nominal (porque mira que ha contado cosas de ella, por cierto, todas ellas muy bonitas) ha provocado que nuestras calenturientas mentes hayan imaginado a un ser totalmente alejado de la realidad. Cuando dicha realidad es que parece ser una chica normal, es decir, todo lo normal que se puede ser en un mundo como éste.

Por último, y para quitarle un poco de hierro al asunto, me gustaría que todos tratásemos de recitar el siguiente trabalenguas en voz alta, y se lo repitamos al protagonista de este post:

"El alopécico engolondrinado se quiere desengolondrinar, el desengolondrinador que lo desengolondrine buen desengolondrinador será".

Deseando que todos pasen un agradable fin de verano,

Atticus.

domingo, 13 de agosto de 2006

Sencillamente, Umberto


Hace un par de días, leyendo "El nombre de la rosa", de Umberto Eco, me quedé impresionado por la descripción que hace Adso de Melk, narrador y co-protagonista de la historia, de la portada de la iglesia de la abadía en la que se desarrolla la acción.

Digo impresionado cuando quiero decir acojonado. No es posible describir con tal cantidad de adjetivos una pequeña parte de la citada portada, aún más, cuando se supone que la historia la relata el citado Adso de Melk, hombre ya anciano y cercano a la muerte. Es decir, unos cincuenta años después de que hubiera sucedido la trama que tiene lugar en el libro.

La cantidad de epítetos absurdos e innecesarios es increíble. Nada, o casi nada, de lo que dice en este párrafo es útil para la novela. Se pierde en la adjetivación de unas flores entrelazadas de una manera que hace al lector perderse también. No solo se limita a poner adjetivos a las formas y figuras que allí están representadas, sino que se lía a adjetivar los propios adjetivos, a hacer comparaciones forzadas... En resumen, a tratar de meter con calzador una serie de nombres y recursos lingüísticos que demuestren la erudición de autor del libro, que por otra parte está fuera de toda duda.

Otro tema aparte, es el de la puntuación. Es capaz de usar más de 20 adjetivos sin poner un sólo punto. Esto es, que para describir una sola cosa, ha usado una cantidad aberrante de epítetos, que no consiguen otra cosa, sino aburrir y desesperar al lector, por no decir, que le desvían completamente de la atención principal del libro.

Ahora bien, dicho esto, he de decir que el resto del libro (hasta donde he llegado por el momento) no está siendo ni tan aburrido, ni tan pesado como este párrafo. Es más, me está gustando bastante.

Para aquellos que no habéis leído el libro, reproduzco el fragmento sobre el cual estoy hablando:

"(...) Cuerpos y brazos habitados por el Espíritu, iluminados por la revelación, sobrecogidos por el estupor, miradas exaltadas por el entusiasmo, mejillas encendidas por el amor, pupilas dilatadas por la beatitud, uno fulminado por el asombro hecho goce y otro traspasado por el goce hecho asombro, transfigurado uno por la admiración y rejuvenecido otro por el deleite, y todos entonando, con la expresión de los rostros, con los pliegues de las túnicas, con el ademán y la tensión de los brazos, un cántico desconocido, entreabiertos los labios en una sonrisa de alabanza imperecedera. Y a los pies de los ancianos, curvados por encima de ellos, del trono y del grupo tetramorfo, dispuestos en bandas simétricas, apenas distinguibles entre sí, porque con tal sabiduría el arte los había combinado en armónica conjunción, iguales en la variedad y variados en la unidad, únicos en la diversidad y diversos en su perfecto ensamblaje, ajustadas sus partes con prodigiosa precisión y coloreadas con tonos delicados y agradables, milagro de concordia y consonancia de voces distintas entre sí, trama equilibrada que evocaba la disposición de las cuerdas en la cítara, continuo parentesco y confabulación de formas que, por su profunda fuerza interior, permitían expresar siempre lo mismo a través, precisamente, del juego alternante de las diferencias, ornamento, reiteración y cotejo de criaturas irreductibles entre sí y sin cesar reducidas unas a otras, amorosa composición, efecto de una ley celeste y mundana al mismo tiempo (vínculo y nexo constante de paz, amor, virtud, gobierno, poder, orden, origen, vida, luz, esplendor, figura y manifestación), identidad que en lo múltiple brillaba con la luminosa presencia de la forma por encima de la materia, convocada por el armonioso conjunto de sus partes... Allí, de este modo, se entrelazaban todas las flores, hojas, macollas, zarcillos y corimbos de todas las hierbas que adornan los jardines de la tierra y del cielo, viola, cítiso, serpol, lirio, alheña, narciso, colocasia, acanto, malobatro, mirra y opobálsamos. (...)".

Ahí queda eso. Si alguno se ha enterado a la primera de lo que quiere decir Umberto Eco, y además conoce todos los verbos, sustantivos y adjetivos que en el párrafo están contenidos, Uriel le invitará a una cerveza bien fresquita.

Sin más que añadir, que ya es bastante,

Atticus.

viernes, 11 de agosto de 2006

¡Vaya País!

Que me perdone el señor Uriel por hacerle la competencia a su avanzado y moderno "blog", pero es que sentía la necesidad de decir que vivimos en un país de mierda. Vivimos en un país con una de las historias más bonitas del mundo. En un país en el que la gente, de forma general, es abierta y solidaria. En un país con unos paisajes, una naturaleza, unas tradiciones y unas costumbres -por no hablar de la gastronomía- que son de lo más variado y bonito que hay sobre la tierra. Pero tenemos un cáncer, o varios, para ser más correctos: los políticos. De un lado y de otro, de una ideología y de otra, sólo se preocupan de sacar su depilado culo por televisión en cuanto pueden. Da igual el motivo por el cual salgan en televisión, el caso es salir y disponer de unos minutos para que la gente los vea y así no se olviden de ellos. ¡Que asco!

En unos momentos tan terribles como los que se están viviendo en Galicia, ninguno de los políticos se ha puesto a las órdenes de un retén de bomberos, para ayudar a extinguir alguno de los 160 focos que en estos momentos asolan tierras gallegas. Y no es demagogia, pues ni a mi ni a nadie le interesa lo que estos chupopteros puedan decir, sino muy al contrario, me interesa que den ejemplo y se pongan manos a la obra para extinguir el fuego. Fotos, minutos en televisión, salir al lado del presidente de la Xunta, eso es todo lo que les interesa Galicia y sus incendios a los políticos. Qué vergïenza me daría ser político en estos momentos, y más ser un político gallego (que anxos los huevos del señor Quintana, por no hablar de la estulticia con la que se está comportando el ya citado presidente de la Xunta, Touriño).

Vamos con los que están en el poder, empezando por la ministra de medio ambiente, cuyos irresponsable comentarios acerca de la posible autoría de los incendios sólo son comparables al lamentable afán de salir en la foto al lado del presidente del Gobierno viendo en unas pantallas de ordenador dónde estaban los principales incendios. En cuanto al presidente del gobierno, todavía no he oído de su boca qué tipo de ayudas (económicas o no) son las van a empezar a llegar a los damnificados. No sólo eso, tampoco he visto que haya hecho nada para mejorar la situación. Más bien se ha trasladado hasta el lugar en cuestión para colocarse delante de las cámaras y decir que él había llegado a allí para asumir responsabilidades (pero alma de cántaro, haz algo para que podamos decir que este gobierno es responsable, ya sea para bien o para mal), además de para estorbar en las labores contra los incendios. Por otro lado está el PSOE como partido, con su representante Diego López Garrido a la cabeza (no te fíes nunca de un tránsfuga, sólo buscan el poder). Lo primero, y prácticamente lo único que ha dicho es que ellos no van a mandar "nada al quinto pino", aludiendo a la penosa gestión que el PP llevó a cabo con el Prestige. ¿Qué más dará eso ahora?, me pregunto yo.

Vamos ahora con la oposición. Rajoy, que tan bien había comenzado el día, diciendo que lo único que importaba en esos momentos era apagar los fuegos, traicionó sus palabras (como tantas veces) por la tarde, al pedir ciertas responsabilidades a la ministra correspondiente. Y recuerdo que de los incendios ninguno ha sido extinguido, más bien al contrario, los incendios controlados se pueden contar con los dedos de una mano. Ya habrá tiempo después para echarle las culpas a quien las tenga o creamos que las tienen. Pero ahora lo importante es apagar esos fuegos que están calcinando una de las tierras más verdes de España. Por otro lado, el señor Ignacio Astarloa, portavoz del grupo popular en el congreso, que ni tiene nada que decir, ni debe decir nada por el momento. Que se esté calladito, pues está más guapo y así contribuye a que el ambiente no se emborrone más, que bastante jodido está ya.

Lo dicho, tenemos unos políticos que no nos los merecemos. De verdad, no creo que los españoles hayamos hecho nada para tener a estos mamarrachos como directores de nuestro futuro, como representantes de nuestro poder.

Es asqueante ver como se comportan estos políticos, en contraposición a como la gente se une, sin preguntar ideologías o adscripciones políticas a la hora de coger una manguera, una rama de arbol o cualquier otro instrumento que ayude a apagar el fuego. Como siempre en este país, el pueblo le da una lección de democracia, solidaridad y compañerismo a la clase dirigente. Y es que son eso, la clase dirigente. El político ya no lo es por vocación, sino que es político por intereses, ese es el denominado político de carrera. El peor de todos sin lugar a dudas. Y lo peor en estos momentos es que todos los principales políticos son de ese último tipo que tanto repelús me producen.

Bueno, pues la verdad es que ya me he quedado un poquito más a gusto. Es que es tanto lo que me he cabreado viendo las noticias, que llevaba más de dos horas pensando en que tenía que ponerme a escribir sobre esta mierda. Nada más.

Atticus

sábado, 5 de agosto de 2006

"Caer está permitido. Levantarse es obligatorio"

"Caer está permitido. Levantarse es obligatorio". Proverbio ruso que define cuál debe ser nuestra actitud vital. Se os aprecia.