Caer está permitido. Levantarse es obligatorio

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Emancipación

Señoras y señores: un servidor de ustedes se emancipa. Y lo que es mejor y más emocionante: se emancipa para irse a vivir con su amartelada (gran palabra caída en el desuso con el paso de los meses).

Efectivamente, la hora ha llegado. Si bien hace ya casi dos semanas que dimos la señal para la custodia de la opción preferente en el alquiler del dúplex tan maravilloso que vimos en Alpedrete, fue hace tres días que firmamos el contrato de arrendamiento, soltamos la pasta de la fianza y nos dieron las llaves para, desde ese preciso instante, irnos a vivir en él. Ahora ya podemos decir que, al menos por un año, ese dúplex es NUESTRO DÚPLEX.

Por supuesto, aún quedan un par de días para que podamos habitarla, pues, al ser una vivienda nueva, tiene un poquito de suciedad (polvo sobre todo) y nos tienen que llevar la luz y el agua. Pero el hecho de ir trasladando todas las cosas (sofás, cama, mesa, sillas, tele, etc) ya constituye una enorme y muy gratificante sensación. ¡Leches! Pero si hasta he de confesar que me lo he pasado teta en el Ikea.

Pero a decir verdad, lo más atrayente de esta nueva singladura no es otra cosa que el tener la oportunidad de seguir construyendo una vida al lado de una persona tan sensacional, única y especial. ¡Cariño, qué nervios y qué ilusión!

Otro tema aparte es el de que vamos a estar más pelados de dinero que el Fary si tuviera que ganarse la vida anunciando bañadores. Pero con organización, paciencia y fuerza de voluntad todo se superará.

Ni que decir tiene que en cuanto la casa esté habitable (mañana ya nos ponen la luz, según me informan desde nuestra sede en Villalba) iremos haciendo "recepciones" para inaugurar la casa como se merece. Pero una cosa importante, todos aquellas personas que tengan el honor de ser invitadas (y sólo lo serán los VIP's) habrán de llegar y llamar a la puerta con los codos (lo que viene a querer decir que han de llegar con las manos llenas de cosas; y patatas fritas no valen que ya las ponemos nosotros).

Pues nada, que como veis estoy muy, pero que muy féliz. ¡Qué experiencia más fabulosa!

Un saludo a todos.

Atticus.

Pd: Un sincero agradecimiento al tío de Diana, Alfonso, por su idea de la llamada con los codos.