Caer está permitido. Levantarse es obligatorio

viernes, 7 de septiembre de 2007

El Cachondo De Campofrío

Desde hace ya unos días, cada día, para ir a trabajar he de tomar la A-1 camino de la M-40, --por cierto, vaya chuminada la de cambiarle la antigua denominación de N-1 por esta nueva, con el consiguiente coste monetario en el cambio de señalización, actualización de mapas...--. El primer día que hacía ese camino, en el momento en que atravesaba con mi coche el carril que conduce a la M-40, me fijé en un detalle que me llamó la atención, y por el cual casi me da un infarto. El motivo por el cual casi fenezco era que el reloj/termómetro de "Campofrío" marcaba las 7:48 horas. "¡Que tarde! ¡Si a las 8 tengo que estar en el centro de Madrid!". Me quedaban únicamente doce minutos para llegar al curro y tenía un largo, pero que muy largo camino aún por recorrer. Eché mano rápidamente del móvil, miré la hora para corroborar el desastre y... ¡SORPRESA! Eran las 7:23. No es que fuera sobrado de tiempo, pero podía llegar. El jodido relojito estaba así como 25 minutos adelantado.

Por supuesto, aquel primer día el susto fue tremebundo. Imaginaos: primer día en la nueva sucursal, con el tiempo pegado al culo como siempre y medio sobado por ser tan jodidamente temprano. Y el cachondo que programa el susodicho reloj tocando los huevos. ¡Joder! Pero si es que hasta podría provocar algún accidente.

Una vez conocida la situación y el hilarante humor del fulano, cada vez que paso por allí me acuerdo de toda su familia por aquel momento de angustia extrema que me hizo pasar. En toda su familia. Enterita.

Puestos a pensar, también pudiera ser que fuera un descuido por parte de la empresa que gestiona el luminoso. Si este fuera el caso, pues... Que queréis que os diga: pues que hay mucho incompetente suelto por ahí ganando auténticas fortunas. Pero este será asunto para otro post más detallado.

Retomando mi labor comunicativa de buen grado, se despide este humilde intercesor en causas perdidas.


Atticus.